La incidencia del cáncer de vejiga crece entre la población femenina

En los últimos años el número de casos de cáncer de vejiga está aumentando ligeramente en los países occidentales debido, en gran parte, a una mayor esperanza de vida de la población y su incremento entre la población femenina.

Sólo en España, cada año se diagnostican unos 8.000-9.000 nuevos casos de cáncer de vejiga, lo que viene representando el 25 o 30% de las patologías que atienden los urólogos. El hábito del tabaco está haciendo que esta enfermedad, poco frecuente hasta ahora en mujeres, aumente de forma extraordinaria. De hecho, se estima que en un futuro cercano la incidencia del cáncer de vejiga se igualará entre ambos sexos precisamente por el incremento de mujeres fumadoras.

No obstante, el cáncer vesical sigue siendo el cuarto cáncer más común en el varón, el tumor urológico más frecuente detrás del de próstata y el que más consultas e ingresos hospitalarios motiva. “Con todo ello, el perfil del paciente con un tumor vesical que atendemos en la consulta sigue respondiendo al de un varón entre 55 y 75 años, fumador durante varios años y que presenta sangre en la orina”, subraya el Dr. Pedro Montañés, presidente de la Sociedad Andaluza de Urología, durante la XIV Reunión de Residentes de Urología de Andalucía que ha logrado reunir a medio centenar de urólogos –entre residentes y expertos – recientemente en Sevilla.

La aparición del cáncer vesical está tan íntimamente ligada al tabaco que, de hecho, los fumadores tienen entre un 50 y 70% más de riesgo de padecer esta enfermedad. Asimismo, los expertos apuntan que el 60% de los tumores de vejiga se desarrollan en fumadores activos y que “el riesgo de desarrollar cáncer de vejiga es mayor cuanto mayor es también el número de años fumando e incluso del número de cigarros consumidos por día”, puntualiza el doctor Montañés.

Nuevos planteamientos puestos de relieve durante este encuentro reafirman el hecho de que la intensidad del consumo de tabaco, el número de años fumando y la edad de inicio son variables que influyen en el aumento del riesgo de sufrir este tumor. De la misma forma, el riesgo se eleva entre los profesionales que trabajan expuestos a determinadas sustancias relacionadas con industrias de colorantes, tintes, disolventes, etc.

Sintomatología

En cualquier caso, el cáncer de vejiga se trata de un proceso oncológico que en muchas ocasiones posee una evolución favorable y por este motivo no presenta una mortalidad tan elevada como haría prever su elevada incidencia. Dicho aspecto le confiere el noveno puesto entre los tumores de mayor mortalidad. Este experto insiste sobre la importancia de que “el paciente acuda inmediatamente al médico ante la presencia de cualquier síntoma”.

El principal signo de alerta que se manifiesta en el paciente es la presencia de sangre en la orina, lo que los expertos denominan hematuria que, en ningún caso, “se correlaciona con la extensión de la enfermedad”, puntualiza el doctor Montañés. A su vez, los pacientes aquejados de cáncer de vejiga pueden sufrir trastornos miccionales irritativos, como acudir con mucha frecuencia al servicio, y el dolor miccional que no se explican por otras patologías más comunes.

Diagnóstico precoz y tratamientos

El diagnóstico precoz de este proceso oncológico es el medio más eficaz de combatir un tumor cuya capacidad de diseminación, y por lo tanto de desarrollar metástasis, se produce en una fase avanzada de la evolución. Para ello, los urólogos recurren con mayor frecuencia a técnicas como la ecografía, la citología de orina y el TAC que les permite determinar en qué fase se encuentra el tumor. Asimismo, los expertos reunidos estos días en Sevilla han prestado especial atención al manejo del cáncer vesical superficial. “Estos tumores, que representan la mayoría de los casos, no comportan un riesgo vital para el paciente y afortunadamente son los más numerosos”, explica este experto. En ellos se consigue un control de casi el 80% de los casos con tratamientos conservadores, sin necesidad de extirpar vejiga, y con un seguimiento adecuado del paciente, “frente a los tumores infiltrantes o invasivos en los que se requiere la extirpación completa de la vejiga y el uso de quimioterapia”, concluye.

Fuente:Azprensa

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