La gravedad de las fracturas en mayores está asociada con una menor densidad ósea

Las fracturas graves en mujeres y hombres de edad avanzada, como las que se derivan por ejemplo de un accidente de tráfico, están asociadas con una densidad mineral ósea baja y un mayor riesgo de una posterior rotura, según un estudio del Centro de Coordinación de San Francisco en Estados Unidos. Los descubrimientos, que se publican en la revista Journal of the American Medical Association (JAMA), sugieren que los adultos con más años que sufren estas fracturas deberían ser evaluados de osteoporosis.

 Los investigadores analizaron datos de dos estudios estadounidenses sobre adultos de 65 años o más procedentes de diversas áreas geográficas. El Estudio de Fracturas por Osteoporosis siguió a 8.022 mujeres durante 9,1 años, entre 1988 y 2006, y el Estudio de Fracturas por Osteoporosis en Hombres siguió a 5.995 hombres por 5,1 años, entre 2000 y 2007.

La densidad mineral ósea (DMO) de estos participantes fue evaluada mediante la técnica de imágenes rayos X de energía dual. Las fracturas, ninguna de columna, se clasificaron como de baja o elevada gravedad, según si las caídas habían sido más o menos graves. De forma global, 264 mujeres y 94 hombres sufrieron una fractura de elevada grave y 3.211 mujeres y 346 hombres de baja gravedad.

Los investigadores descubrieron que la DMO baja estaba asociada con un aumento del riesgo de fractura de gravedad baja y alta. Tras tener en cuenta factores como la edad, cada desviación estándar de un punto en el descenso de la DMO de cadera estaba asociada con un 45 por ciento más de riesgo de fractura de elevada gravedad en mujeres y hasta del 54 por ciento en hombres. De forma similar, en el caso de las fracturas de baja gravedad estos porcentajes de mayor riesgo asociados a cada punto de descenso en la densidad ósea alcanzaban el 49 y el 69 por ciento en mujeres y hombres respectivamente.

Después de tener en cuenta la edad y la DMO total de cadera, las mujeres que sufrían una fractura de gravedad elevada tenían un 34 por ciento más de riesgo de una fractura posterior que las mujeres que no padecían una fractura grave. En el caso de las mujeres que pasaban por una fractura de baja gravedad, el riesgo de una fractura posterior aumentaba en un 31 por ciento en comparación con aquellas que no sufrían una fractura de este tipo.

Fuente:www.azprensa.com

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