La Osteoporosis al acecho

Madrid, 22 de enero 2005 (azprensa.com)

Nada hacía sospechar que, en un mundo en el que la población se alimenta en exceso, seguirían siendo un lastre enfermedades que se deben a carencias en la alimentación, pero así es. La osteoporosis es el ejemplo paradigmático. Entre las personas mayores de 50 años, una de cada tres mujeres y uno de cada cinco varones sufrirán al menos una fractura osteoporótica. La pérdida de masa ósea y el deterioro de su distribución en el interior del hueso (arquitectura ósea) tienen como consecuencia inmediata la fractura e, indirectamente, la pérdida de independencia y calidad de vida.

La edad es el factor básico para la aparición de la osteoporosis. Para dar una idea de las dimensiones de este problema, valga recordar que en 2001 había algo más de 6,5 millones de personas en España mayores de 65 años (el umbral de riesgo). En 2006 serán casi 7 millones y en 2026 rozarán los 9 millones de personas.

De todas las fracturas que pueden producirse en estas circunstancias, la de cadera es especialmente grave porque conduce de forma casi inevitable a la dependencia. En palabras de la doctora Juliet Compston, directora del proyecto“Una llamada a la acción contra la osteoporosis” y miembro del consejo directivo de la Fundación Internacional de Osteoporosis, “uno de cada cinco pacientes que sufre una fractura de cadera muere en un plazo de seis meses y, de las personas que sobreviven, sólo una de cada tres recupera su nivel previo de independencia”. Cuando se trata de cifras, Juliet Compston manifiesta que “en Europa el coste total del cuidado de los pacientes en el año siguiente a una fractura de cadera es de 14.700 millones de euros, una cifra espeluznante”.
En Suecia, uno de los pocos países donde se han llevado a cabo estudios comparativos, los costes hospitalarios debidos a esta enfermedad son superiores a los que generan el cáncer de mama y el cáncer de próstata juntos.

Evolución

Es bien sabido que el número de personas mayores de 65 años en Europa está aumentando, lo que determinará un mayor número de fracturas de esta naturaleza e incrementará el coste anual de la asistencia sanitaria hasta alcanzar, según la previsión del citado informe, los 31.800 millones de euros en 2025.

En cuanto a nuestro país, la tendencia es la misma. El trabajo de Cabases y sus colaboradores, de la Universidad Pública de Navarra, predice que en el grupo de mujeres mayores de 50 años, se producirán 968.000 fracturas de cadera en algún momento de su vida, con un total de 1.013.000 fracturas en otras localizaciones. Estudios más localizados, como el de los expertos de la Unidad de Reumatología del Hospital Río Carrión de Palencia, constatan esta tendencia al alza. La guía elaborada conjuntamente por el Grupo de Estudio e Investigación en Osteoporosis, perteneciente a la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología (Secot), cifra el coste directo por fractura en torno a los 5.000 euros, lo que en la actualidad significaría un gasto global de 300 millones de euros. “Si se incluyeran los gastos indirectos —matizan los autores— esa cifra total podría rebasar, con creces, los 500 millones de euros.

Un concienzudo trabajo publicado en la revista Osteoporosis International indica que el coste medio por paciente tratado en el hospital con fractura vertebral variaba dependiendo del diagnóstico (era de 415 euros en Grecia y de 12.286 euros en España, debido a las diferencias en el coste del día de permanencia en el centro, pero también por la duración de la estancia). Otro trabajo, éste relativo al Reino Unido, mantiene que el coste total de una fractura de cadera, gastos indirectos incluidos, es de 18.810 libras esterlinas (27.146,88 euros). Por el contrario, se ha calculado que la prevención en mujeres mayores de 65 años podría evitar más del 23 por ciento de las fracturas en 10 años.


Según un informe de la IOF, el número de DXA_en Europa es deficiente

Según un informe titulado “Requisitos para DXA en el tratamiento de la osteoporosis en Europa”, realizado por varios miembros de la International Osteoporosis Foundation (IOF), el número y disponibilidad de escáneres de Absorciometría Radiológica de doble energía (DXA) en Europa no se adapta a las necesidades reales de la población, lo que impide realizar un diagnóstico adecuado de las fracturas osteoporóticas y, como consecuencia, la elección del tratamiento más eficaz en cada caso. Esta técnica de medición ósea es considerada como el mejor método para determinar la densidad ósea, el mayor factor de riesgo de las fracturas. El informe, que será publicado próximamente en la revista Osteoporosis International, fue discutido en la reunión del Osteoporosis Interest Group del
Parlamento Europeo.

Este grupo ha apelado a los miembros de la Unión Europa a que tomen las medidas que aseguren que todos aquellos pacientes de riesgo reciban un diagnóstico a tiempo, consejos sobre calidad de vida y un tratamiento adecuado.

Hospitales españoles curan las fracturas con células madre

Tres hospitales españoles han ensayado con éxito una nueva terapia para la curación de fracturas óseas a partir de células madre procedentes de la médula ósea del propio paciente. El experimento se ha realizado en el Hospital General de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona), el Centro Médico Teknon y el Hospital de Barcelona, en colaboración con el Instituto de Terapia Regenerativa Tisular.
Este tratamiento ya se ha aplicado en seis pacientes. Las primeras operaciones han resultado un éxito “con la curación de los primeros cuatro casos, mientras que los otros dos evolucionan bien”, ha explicado Carles Soriano, del centro de Hospitalet.

Un estudio vincula la diabetes tipo 1 con la osteoporosis

Los niños y adolescentes con diabetes tipo 1 están en situación de riesgo de descenso de masa ósea, según las conclusiones desprendidas de un trabajo que acaba de publicar la revista Journal of Pediatrics (Journal of Pediatrics 2004;145 (5): 662-669). El trabajo consiste en un análisis de 42 pacientes diabéticos de edades comprendidas entre los 12 y los 18 años, que se compararon con 199 jóvenes sanos de la misma comunidad.

“La constitución física era similar en los sujetos de ambos grupos”, escriben los autores. No obstante, se encontraron diferencias en la masa ósea de los jóvenes diabéticos, que era menor y, además, acusaba el descontrol de la diabetes.

Fuente: AZPrensa.com

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