Padecer obesidad a una edad media incrementa el riesgo de morir por infarto, aunque no se padezcan otros factores de riesgo cardiovascular

Un estudio publicado en el último número de la revista de la Asociación Médica Americana pone en evidencia que la obesidad, cuando se padece a mediana edad, aunque no esté acompañada de otros factores de riesgo cardiovascular —hipercolesterolemia o hipertensión— incrementa el riesgo de fallecer o ser hospitalizado como consecuencia de un infarto de miocardio, una cardiopatía o diabetes a edades más avanzadas.
En esta línea, el doctor Lijing L. Yan, de la Facultad de Medicina de la Universidad Noreste de Chicago, y sus colegas analizaron la relación entre el índice de masa corporal de individuos de mediana edad y el desarrollo de enfermedades después de los 65 años. Para ello, estudiaron a 17.643 individuos, hombre y mujeres, de entre 31 y 64 años, que no padecían ninguna cardiopatía, ni diabetes, ni anomalías en su electrocardiograma en el punto de partida del análisis.

Los pacientes fueron clasificados en tres grupos: riesgo cardiovascular bajo, riesgo medio y riesgo cardiovascular incrementado. En el primer grupo los niveles de tensión arterial sistólica eran de 120 mmHg o menores, los de tensión arterial diastólica de 80 mmHG o menores y la tasa de colesterol en sangre era inferior a 200mg/dl. Ninguno de ellos era fumador.

Los individuos que fueron incluidos en el grupo de riesgo cardiovascular moderado poseían una tensión arterial sistólica de entre 121 y 139 mm Hg, una presión arterial diástolica de entre 81 y 89 mmHg, unos nivel de colesterol en sangre de entre 200 y 239 mg/dl y tampoco fumaba ninguno.

En el tercer grupo se clasificaron a aquellos pacientes que padecían alguno de los factores de riesgo cardiovascular, dos de ellos o los tres. Así, se incluyeron en él quienes padecían niveles de presión arterial superiores a 140/9 mmHg, una tasa de colesterol igual o superior a 240mg/dl y/o fumaban.

Se consideró que los pacientes padecían sobrepeso cuando tenían un índice de masa corporal (IMC) de entre 25 y 29 y que eran obesos cuando el IMC era superior a 30.

Tras un análisis multivariable que incluía ajustes entre la presión sístolica y el nivel de colesterol en sangre, los investigadores encontraron que el riesgo de muerte por infarto de miocardio para los pacientes obesos era superior en comparación con aquellos que tenían un peso normal, independientemente del grupo de riesgo cardiovascular al que perteneciera. Así, al medirse el riesgo de fallecimiento por esta causa se encontró que el de los obesos era un 43% superior que el de las personas con peso normal, en grupo de bajo riesgo cardiovascular, y 2 veces mayor en el grupo de riesgo moderado.

Asimismo, dentro del primer grupo, el riesgo de ser hospitalizado por infarto era 4 veces superior en los obesos que en los pacientes con un peso normal y 2 veces más alto para los obesos del grupo de riesgo moderado.

Los resultados fueron similares cuando se analizaron otros grupos de riesgo y otras enfermedades cardiovasculares, pero más alto en el caso de la diabetes. Así, los obesos tenían 11 veces más riesgo de morir por esta patología y 7,8 de ser ingresados.
Fuente:www.azprensa.com

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