Los homicidas de los tiroteos en escuelas estadounidenses sufren una timidez que conduce a la violencia

Psicólogos del Instituto de Investigación de la Timidez en Indiana (Estados Unidos) han realizado un análisis de los sucesos con armas de fuego que se han producido en centros de enseñanza estadounidenses en la última década y señalan que quienes los han llevado a cabo probablemente sufren de «timidez cínica», una forma extrema de timidez que suele afectar a varones y que puede llevar a conductas violentas. Los investigadores han presentado los resultados de su trabajo durante la Convención Anual de la Asociación Americana de Psicología que se celebra estos días en San Francisco.


Los psicólogos Bernardo Carducci y Kristin Terry Nethery examinaron casos en los que participaron ocho individuos entre 1995 y 2004 que habían realizado tiroteos en sus institutos. Examinaron las informaciones que tenían que ver con los tiroteos en relación a los indicadores sociales y personales de timidez cínica, es decir, carencia de empatía, baja tolerancia a la frustración, arranques de ira, rechazo social de los compañeros, malas relaciones familiares y acceso a las armas.

Según explican los autores, los resultados indican que los individuos que participaron en los tiroteos mortales de las escuelas superiores en la última década tenían claras características de timidez cínica. «La mayoría de lo que se observa en individuos con esta forma extrema de timidez es que tienden a ser varones y quieren sentirse socialmente involucrados con otras personas. Pero a menudo debido a la falta de habilidades sociales, estos individuos son rechazados por sus compañeros y entonces evitan los contactos sociales debido al daño que les provocan», indican los investigadores.

Este rechazo repetido a lo largo del tiempo intensifica los sentimientos de dolor que finalmente pueden convertirse en odio. Para controlar tal rechazo, señala Carducci, estos varones crean lo que él llama un «culto de uno», así terminan por recluirse en su soledad y comienzan a odiar a las personas que les han rechazado. «Esto permite que a estas personas distanciarse del dolor pero también hace más fácil desquitarse con la violencia, como en el caso de los tiroteos en las escuelas», indica Carducci.

Según el investigador, para intervenir de forma precoz y prevenir futuros actos violentos en las escuelas, los padres y los profesionales de salud mental necesitan estar alerta en relación a estos estudiantes cuya timidez crea ira y hostilidad. «La mayoría de los jóvenes tímidos no experimentan esta ira y hostilidad, pero los que sí lo hace y que parecen aislados y furiosos necesitan que les proporcionemos la manera de aprender cómo relacionarse y crear un sentido de comunidad. Esto es algo especialmente importante durante épocas de transición, como asistir a estudios superiores». 

Fuente:www.azprensa.com

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